Si has empezado a teletrabajar a causa de la pandemia o si ya lo hacías antes, debes saber que es importante mantener una buena organización del tiempo y las tareas para que la jornada sea productiva.
En este aspecto, hay que tener varios factores en cuenta para que las jornadas no sean más duras de lo que deberían serlo, como la buena alimentación e hidratación, los descansos, mantener unos horarios y establecer una rutina adecuada.
En este artículo, vamos a darte algunos consejos a partir de nuestra experiencia con el trabajo remoto en casa para que puedas aplicar los que mejor se ajusten a tu caso y tengas éxito en esta nueva etapa laboral de teletrabajo.
Define un espacio de trabajo separado del resto
Lo primero que debes hacer en el caso de que tengas que hacer teletrabajo desde casa es definir un espacio claro en el que trabajarás. Lo más recomendable es que sea un espacio que utilices solo para eso. Por eso, es recomendable que sea en una habitación separada, es decir, que no sea en la mesa del comedor o de la salita. Si no es posible, intenta reservar un espacio lo más separado posible para la mesa de trabajo, la silla, etc.
Esto te permitirá tener menores distracciones, mayor concentración y productividad y, algo muy importante, separar la parte laboral de la parte personal, familiar o de ocio. Es decir, podrás desconectar del trabajo cuando acabes la jornada hasta el día siguiente, aunque estés trabajando en casa.

Define los horarios y cúmplelos
Otro de los aspectos importantes del teletrabajo durante la pandemia o en cualquier otra ocasión es marcar unos horarios de trabajo y cumplirlos. Aunque uno de los beneficios del teletrabajo es la flexibilidad horaria, es recomendable pautar unos horarios para que ni trabajes de menos, ni trabajes de más.
Puedes partir como base de los horarios que ya tenías en el trabajo presencial y ajustarlos un poco a la situación actual. Por ejemplo, si antes trabajabas de 9:00 h a 18:00 h, ahora puedes hacerlo de 8:30 h a 17:30 h y ganas un poco de tiempo por la tarde para hacer deporte, descansar, quedar con alguien o para hacer lo que quieras. Al no tener que desplazarte, puedes usar ese tiempo en adelantar el trabajo o en hacer otras actividades y así evitar el sedentarismo.
La importancia de definir estos horarios es que la empresa también sabe cuándo has acabado tu jornada y, por lo tanto, cuando ya no estás localizable. Además, será más fácil para poder planificar llamadas o videoconferencias.
La ley del teletrabajo menciona que no se debe trabajar más horas de las establecidas en el contrato y que es una de las obligaciones de la empresa dejar “desconectar” al trabajador o trabajadora.
Crea una rutina
En relación con el punto anterior, también es muy recomendable que te planifiques una rutina diaria y que la cumplas lo máximo que puedas. La cuestión es aprovechar las ventajas del teletrabajo y no aprovechar para “perder el tiempo”.
Si antes hacías deporte, salías a andar, leías, tomabas el sol, jugabas con los niños… fuera lo que fuera lo que hicieras, ahora también debes hacerlo y no dejar que la pereza de estar todo el día en casa te gane.
Por ejemplo, puedes levantarte a la hora que solías hacer antes para dar un paseo de 20 o 30 minutos, meditar, darte una ducha (¡y quitarte el pijama!) y desayunar tranquilamente antes de empezar a trabajar. O puedes empezar a trabajar un poco antes para que te dé tiempo a ir al gimnasio, a Crossfit o a entrenar en casa. La cuestión es que te vayas creando rutinas en horarios fuera del trabajo para que tengas días satisfactorios y no te quedes con la sensación de que no has hecho nada (aparte de trabajar).

Define los objetivos a corto y medio plazo
Uno de los aspectos más importantes en el teletrabajo, y en el trabajo en general, es el establecer objetivos alcanzables a corto y medio plazo. Esto dependerá del cargo que tengas y, en consecuencia, te vendrá establecido o tendrás que establecerlos tú junto con la persona correspondiente.
Una vez establecidos, hay que dividirlos en tareas y asignarles un nivel de importancia, para saber el orden a seguir. Los niveles de importancia suelen ser: urgente e importante, no urgente pero importante, urgente pero no importante y no urgente y no importante. Una vez clasificados, podrás establecer prioridades para planificar las tareas de tu jornada.
Planifica las tareas de la jornada
Aunque esto depende de cada tipo de trabajo, tener una planificación horaria suele ser muy productivo y ayuda a cumplir los objetivos. Puedes hacerlo el día de antes, a principio del día o el lunes por la mañana para toda la semana, dependiendo de las tareas y trabajos que tengas que hacer y basándote en los objetivos que hemos mencionado anteriormente.
Uno de los métodos que más se utiliza para planificar las jornadas es el time blocking, que consiste en reservar bloques de tiempo para hacer los distintos trabajos. En este aspecto y teniendo siempre en cuenta la prioridad que se le haya dado, se recomienda poner la tarea que más te cuesta hacer a primera hora de la mañana (o de la jornada, si haces teletrabajo de media jornada), pues es el momento en el que más energía solemos tener y podremos afrontar mejor dicha tarea.
Este método suele ser más efectivo que tener una simple lista de cosas que hacer e ir saltando de una a otra sin orden ni sentido. Lógicamente, en el time blocking hay espacio para los imprevistos que puedan surgir.

Haz descansos
Entre objetivos, tareas, planificación, horarios, rutinas… a veces se nos olvida una parte muy importante: los descansos. No se trata de hacer descansos de horas simplemente por el hecho de no hacer nada, pero tampoco podemos estar pegados a la pantalla durante 8 o 9 horas. No es sano ni productivo.
Es importante hacer el descanso largo a la hora de la comida, para comer sin prisas y poder desconectar durante un rato. Además, también es recomendable hacer un descanso más corto a media mañana y otro a media tarde. Pueden ser 15 minutos en los que te levantas de la silla, andas un poco, haces algún estiramiento, te tomas un café, sales unos minutos al balcón a que te dé un poco el sol… La cuestión es desconectar por un momento para recargar las pilas y poder seguir trabajando productivamente.
Este es un aspecto de confianza por ambas partes: empresa y trabajador/a. Se debe llegar al punto de confianza de la empresa en el trabajador/a para que gestione sus descansos de la forma que mejor le vengan para ser productivo. Al final, es beneficioso para ambas partes y se consigue un buen ambiente de trabajo, que es de lo que se trata.
Si consigues aplicar todos o alguno de estos consejos, poco a poco, verás como tu productividad aumenta considerablemente. Esperamos que puedas llevar unas jornadas laborales más amenas, más productivas y que puedas compaginarlo con una vida personal también satisfactoria.

Ultima actualización el 09 de noviembre del 2025
